Cómo las aplicaciones de los juegos sociales gratuitos han drenado a millones de personas
Las aplicación de los juegos sociales «gratuitos» ofrece una variedad de juegos típicos de casino para jugar, incluyendo el favorito, llamado Reel Rivals, un juego en el que los jugadores acumulan puntos jugando a una máquina tragaperras virtual. Al igual que en un casino real, los jugadores cambian dinero por monedas para apostar. A diferencia de un casino real, no hay forma de recuperar el dinero o ganar un pago con monedas.
Shellz de 37 años es una enfermera de Houston, pasa al menos dos horas al día con su marido jugando a un juego de casino para teléfonos inteligentes llamado Jackpot Magic.
Ella y su marido han gastado unos 150.000 dólares en el juego en sólo dos años. Ella pidió usar su nombre de usuario en el juego para que su familia no se entere de cuánto dinero han gastado en el juego.
«Nos acostamos en la cama uno al lado del otro, tenemos dos tabletas, dos teléfonos y un ordenador y todas estas aplicaciones que hacen girar a Reel Rivals al mismo tiempo», dijo. «Lo normalizamos entre nosotros».
Jackpot Magic es una aplicación hecha por Big Fish Games de Seattle, uno de los líderes en una industria de juegos sociales «gratuitos» en los que algunas personas han invertido miles de dólares. Big Fish Games también opera una aplicación similar, Big Fish Casino. Ambos están etiquetados como videojuegos, lo que permite a la compañía y a otros como ella eludir el mercado de juegos de azar fuertemente regulado de los Estados Unidos.
Pero, a diferencia del mercado del juego de azar, donde hay rigurosas medidas de control, las aplicaciones como Jackpot Magic y Big Fish Casino están bajo poca supervisión para determinar si son justas o si sus prácticas comerciales son depredadoras.
El prestigioso portal de noticias NBC News habló con 21 personas, incluyendo a Shellz y su esposo, quienes dijeron que estaban enganchados a los juegos de casino y que habían gastado importantes sumas de dinero. Describieron sentimientos de impotencia y de querer dejarlo, pero se encontraron adictos a los juegos y tentados por las agresivas tácticas de marketing de la empresa.
La mayoría de los 21 jugadores deseaban permanecer en el anonimato, ya que se avergonzaban de sus adicciones y no querían que sus seres queridos se enteraran de su comportamiento.
Una mujer de 42 años de Pennsylvania dijo que le entristece haber gastado 40.000 dólares en el casino Big Fish mientras trabajaba como consejera de adicciones.
«Todo el tiempo que trabajé como consejera de adicciones, era adicta al juego y no tenía esperanza de recuperar el dinero», dijo.
La empresa Big Fish Games no puso a nadie a disposición para una entrevista, tampoco respondió a preguntas detalladas. La compañía ha dicho en anteriores presentaciones judiciales que sólo una fracción de los jugadores del juego realmente gasta dinero.
En respuesta a las preguntas de NBC News, la empresa emitió un comunicado diciendo que sus juegos no son apuestas y no deberían ser regulados como tales.
«Estos juegos no son apuestas porque, entre otras razones, no ofrecen a los jugadores la oportunidad de ganar dinero o algo de valor», decía la declaración en parte.
«Nuestros juegos se ofrecen de forma gratuita sólo para entretenimiento, con la oportunidad de que los clientes gasten dinero dentro del juego para mejorar su experiencia de juego», decía. «La gran mayoría de los clientes de Big Fish Casino y Jackpot Magic Slots juegan sin pagar dinero. Ningún tribunal ha considerado aún todos los hechos relacionados con el funcionamiento de estos juegos».
Los jugadores han tenido algún recurso en los últimos meses gracias a exitosos juicios. Después de una larga batalla legal, 2 millones de jugadores, incluyendo a Shellz y su esposo, serán elegibles para recuperar una pequeña parte de sus pérdidas – alrededor del 20 por ciento para aquellos que perdieron entre 10.000 y 100.000 dólares.
El dinero vendrá en un acuerdo de demanda colectiva de 155 millones de dólares, anunciado a finales de julio, que cubrirá dos importantes demandas presentadas contra Big Fish Games; su antiguo propietario, Churchill Downs; y su actual empresa matriz australiana, Aristocrat Leisure, alegando que estaban operando «dispositivos de juego ilegales».
El acuerdo preliminar fue aprobado recientemente por un juez federal en Tacoma, Washington. Churchill Downs y Aristocrat Leisure se negaron a hacer comentarios sobre el acuerdo. Aristocrat Leisure publicó una declaración pública en mayo que esboza los contornos generales del acuerdo, pero no ha dicho nada más.
Si bien Big Fish Games no admite ninguna infracción, ha acordado implementar «recursos relacionados con la adicción» y una «política de autoexclusión» que permita a los jugadores que se sientan fuera de control optar por ser incluidos en la lista negra del juego.
Big Fish Games también se negó a hacer comentarios sobre el acuerdo. Si bien algunos jugadores están contentos de recuperar algunas de sus pérdidas, los expertos en adicción al juego y algunos legisladores dicen que no es suficiente para ayudar a aquellos cuyas vidas se han salido de control después de haberse enganchado a los juegos de casino social. Piden una mayor regulación de la industria.
«Lo que hubiéramos acogido con satisfacción como parte de este acuerdo como una llamada de atención para la industria es un cambio en las prácticas», dijo Keith Whyte, director ejecutivo del Consejo Nacional de Problemas de Apuestas.
«Creo que su modelo es tan lucrativo y en cierto modo tan agresivo que se está duplicando, y va a hacer mucho más daño. Creo que eventualmente se va a controlar, pero parece que están priorizando el beneficio a corto plazo por encima de la sostenibilidad y la responsabilidad a largo plazo», dijo Whyte.
El juego
Joann, 46, que vive en el suroeste de Florida, dijo que empezó a jugar al Big Fish Casino hace unos ocho años. Estima que ha gastado 100.000 dólares en el juego.
«¿Sabes lo que le digo a la gente? Es un culto, y te absorben, y una vez que estás dentro no puedes salir», dijo Joann, que pidió usar sólo su segundo nombre. «Quieres jugar, y quieres girar».
Una de las demandantes nombradas en el acuerdo es Crystal Fair de Texas, quien dijo en una declaración jurada que ha gastado 500.000 dólares y se describió a sí misma como «adicta» al Big Fish Casino, jugando a veces «casi 24 horas al día».
«He considerado alejarme para siempre pero luego pienso en todo mi tiempo y más importante en todo mi dinero y es difícil alejarse», escribió. «Así es como sé que soy adicto». Concluyó: «Pero si pudiera volver al momento en que instalé el Casino Big Fish, nunca jamás lo habría hecho.»
Varias personas dijeron que sentían que las aplicaciones estaban diseñadas para que siguieran gastando dinero de varias maneras, incluyendo clubes escalonados para jugadores que gastan cantidades significativas de dinero y fichas gratis para gente que intenta dejarlo.
Suzie Kelly, de Dallas, contó anteriormente a Reveal News cómo gastó unos 400.000 dólares en el juego. Pidió un préstamo sobre el valor de la vivienda y utilizó el dinero que heredó cuando su madre murió para financiar su hábito.
Cuando intentó cancelar su cuenta en varias ocasiones, Kelly dijo que un «representante VIP» la llamaba y le ofrecía fichas gratis para que siguiera jugando.
Las aplicaciones de Big Fish son en cierto modo similares a muchas otras aplicaciones que ofrecen juegos de casino que pueden ser jugados en teléfonos inteligentes.
La pantalla de inicio del Big Fish Casino, conocida como «lobby», ofrece a los jugadores la posibilidad de probar varios tipos de juegos de casino, como la ruleta, el blackjack, el Texas Hold’em, el video póquer y el juego más destacado: las tragaperras.
Poco después de instalar la aplicación, se anima a los jugadores a unirse a los clubes – Big Fish Casino incluso ofrece un «bono de entrada» de 50.000 fichas por unirse a un club. Una vez en el club, los jugadores pueden utilizar la función de chat para entablar conversaciones con sus compañeros y desarrollar amistades. Mientras que cualquiera puede crear un club, la verdadera acción está en los clubes clasificados por invitación que compiten entre sí.
Ganar más fichas y jugar a mayores apuestas desbloquea nuevas características, como las salas de juego. También hay un sistema de «niveles» y «escalones» que se desbloquean a medida que los jugadores gastan y ganan más. Los niveles más altos vienen con mayores ganancias potenciales y mayores apuestas, lo que hace más fácil perder fichas más rápido.
Los jugadores que pierdan pero quieran seguir jugando en las salas de altos apostadores pueden hacerlo ya sea reconstruyendo sus fortunas digitales a través de horas de juego o tomando un camino más corto: comprando más fichas.
La mayoría de la gente que juega a los juegos de Big Fish no termina gastando dinero real. Menos del 10 por ciento de los usuarios han comprado alguna vez artículos virtuales mientras jugaban a los juegos, según un expediente judicial de octubre.
Pero ese 10 por ciento se ha traducido en un negocio lucrativo. Según los datos proporcionados por Apptopia, una empresa de análisis de aplicaciones, los juegos de Big Fish recibieron aproximadamente 139,3 millones de dólares de los jugadores de Big Fish Casino y Jackpot Magic desde febrero de 2019 hasta julio de 2020.
El sistema de niveles de la aplicación, junto con sus funciones sociales, puede ser una poderosa trampa para algunos jugadores. Joann dijo que sigue jugando, ya que Big Fish Casino le concede un juego de fichas gratis (conocido como «boost») todos los días. Aún así, dijo, gasta al menos 600 dólares al mes, en gran parte para mantener su estatus dentro del club.
«Quiero dejar el club, y quiero dejarlo, pero tengo amigos», dijo.
No hay recurso
Big Fish Games es uno de los ejemplos más claros de la convergencia entre la diversión inofensiva de los videojuegos y el mundo en rápida expansión de los juegos de dinero real.
Si bien muchos videojuegos han añadido características de primera calidad en los últimos años, como las cajas de botín -un mecanismo para pagar pequeñas cuotas fijas por las posibilidades de ganar premios en el juego que ha atraído la ira de algunos legisladores-, ningún otro tipo de juego parece permitir que los jugadores pierdan tanto crédito tan rápidamente y que se les anima constantemente a gastar más.
Pero por el momento, no parece haber nada que impida que estos juegos para teléfonos inteligentes continúen. Ninguna legislación federal detendría este modelo, ni ninguna legislación estatal mitigaría las pérdidas creadas por este tipo de juego. Los legisladores del estado de Washington consideraron que un proyecto de ley que habría definido formalmente juegos como el Big Fish Casino no se consideraba como juego de azar, pero el proyecto de ley no fue aprobado.
Algunos jugadores de los juegos de Big Fish han presentado demandas colectivas contra la empresa, argumentando que sus juegos deben ser regulados al igual que los juegos de azar tradicionales, lo que es poco probable que ocurra en el futuro próximo.
Las máquinas tragaperras convencionales, por ejemplo, están sujetas a rigurosas pruebas externas para asegurar que las probabilidades sean consistentes para todos los jugadores. En Nevada, hay reglas sobre cuántas máquinas tragaperras se pueden colocar en las tiendas, entre cientos de páginas de reglamentos.
En el estado de Washington, donde se encuentra Big Fish Games, las máquinas tragamonedas están totalmente prohibidas. Pero los washingtonianos pueden descargar un juego para teléfonos inteligentes que ofrece a los aspirantes a jugadores la posibilidad de gastar dinero en una experiencia casi idéntica a la de una máquina tragaperras en persona, sólo que sin ninguna posibilidad de ganar dinero realmente.
Aún así, las recientes victorias legales son una grata ayuda para algunos jugadores, particularmente porque muchos han perdido sus trabajos debido a la pandemia de COVID-19.
Neva Barker, de 58 años, jubilada de Portland, Oregón, estimó que había gastado 80.000 dólares en el casino Big Fish y dijo que estaba encantada de saber que probablemente recuperaría parte de su dinero. Es particularmente necesario ahora, porque, según Barker, ella perdió parte de sus ingresos por recortes relacionados con el coronavirus.
«Esto ha estado pasando por muchos altibajos», dijo. «Pensé que era un mito que iba a suceder. Eso me cambiaría la vida en este momento».
Resumen
Las aplicación de los juegos sociales gratuitos deben estar tambien revisados y controlados, igual como los juegos de casino en línea. Tal vez en futuro sera asi, mientras tanto hay que tener mucho cuidado a la hora de escoger la diversión. Aquellos que les gusta jugar por dinero real se recomienda elegir los sitios web de casinos en línea legales, donde el jugador tiene todas las garantías del juego limpio y la protección jurídica necesaria.
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